Superando el periodo de adaptación:
Es difícil expresar la cantidad de
sentimientos que se despiertan en el periodo de adaptación.
Como decíamos en
otro post, son momentos duros para todos, para los niños, que se encuentran con
un lugar nuevo, diferente, con gente desconocida... Para los padres, pues dejan
a su mayor tesoro en manos de una persona también prácticamente desconocida
para ellos y por supuesto para nosotras las profes que tenemos que arrancar de
los brazos a niños que lloran sin cesar y ver como sus padres se van con la
misma tristeza.
Es un periodo complicado para
nosotras, como maestras, tenemos que demostrar
mucho en muy poco tiempo y con las circunstancias en contra. En pocos días
debemos ofrecer a los padres esa seguridad que necesitan, demostrarles que sus
hijos están en buenas manos y que pronto empezará a cambiar la situación...
Por otro lado, con los niños, consolando sus llantos y secando sus
lagrimitas con achuchones y caricias, haciéndoles ver que estamos ahí para
ellos, que les protegemos y les cuidamos...
Los primeros días
son frustrantes, sacamos fuerzas de donde no las hay, activamos en nuestros oídos
el botón anti-lloros, nos desayunamos un café bien cargado de paciencia y
esperanza y alguna vez que otra lo acompañamos de un ibuprofeno (elemento básico
en la taquilla de una maestra).
Y así los días
pasan y paaaasan... Y poco a poco vamos viendo los cambios de nuestro trabajo,
trabajazo diría yo, poco a poco los niños entran más contentos en clase, poco q
poco dejan de llorar y poco a poco los padres van siendo más optimistas viendo
todos estos cambios...
Entonces! De
repente, como por arte se magia se suceden las primeras sonrisas! Para nosotras tan importante como los primeros pasos o las primeras
palabras en la escuela… Sonrisas de los niños,
de sus padres y por supuesto la nuestra (grande y radiante como ninguna).
La moral de la
maestra se viene arriba, ya se te olvidan los lloros, se te olvida todo lo
anterior… porque lo que tienes ahora es lo que llevas esperando tanto
tiempo, miradas de complicidad con los niños, sonrisas tímidas pero sinceras,
abrazos espontáneos y los primeros “buenos días” con besos. Todo buen trabajo
da sus frutos y después de la tormenta siempre llega la calma.
Aun no podemos decir que se ha acabado
el periodo de adaptación, nos faltan rutinas por coger y mucho que rodar
juntos, pero podemos decir bien alto que LO PEOR LO HEMOS PASADO YA!!!!
Ahora disfrutemos día a día más, con
cada pequeño triunfo, con cada pasito, pues después de tanto superado tiene un
sabor especial. Mimemos y dejemos que poco a poco ellos nos vayan mimando a
nosotras... Queda un curso entero para disfrutar, aprender, experimentar,
crecer... Como dirían mis amigos los catalanes... Hagámoslo”poc a poc i amb
bona lletra". (poco a poco y con buena letra).
"Las dificultades preparan a personas comunes hacia destinos extraordinarios"
Simplemente Genial!!!
ResponderEliminarÁnimo!!!,l pronto seréis un gran apoyo en la educación de esos niños y os convertiréis en una parte muy importante, también en la vida de sus padres.
ResponderEliminarMuchos besos (Mamá de Martina)