NECESIDADES DE LOS ADULTO:
Con el tiempo, las formaciones extra que hacemos
fuera de la escuela, la observación directo… descubres que muchas veces el día
a día de nuestros niños funciona cubriendo nuestras necesidades y no las de
ellos.
El ser humano por lo general vive deprisa y atado,
culturalmente hablando, a unos estereotipos y costumbres, pero ¿Son realmente
necesarias para los niños? ¿Les aporta algo positivo?
Las ansiedades de los adultos hacen que los niños
pasen totalmente de todo aquello que hacemos pensando que ellos lo necesitan.
En la escuela, por ejemplo, las aulas “decoradas” todo bien colocado, los
muñecos que dibujamos felices, la música que ponemos, el cumplimiento de las
rutinas… y podría seguir…
Tenemos tantas cosas que aprender de ellos. Viven ajenos
a todas esas cosas, son mucho más simples, les gusta mucho más que les
observemos mientras juegan no que aprovechemos para recordar. Adoran los
abrazos de buenos días al entrar al aula más el muñeco de la entrada, lo que
quieren es que bailemos juntos no escuchar música, les gusta moverse, saltar,
girar y gatear porque en ellos es una necesidad y no para llevarnos la
contraria.
Viven con una sonrisa porque son felices con nuestra
presencia y no necesitan más. Son capaces de satisfacer sus necesidades con el
simple hecho de existir y tener libertad.
Por todo ello, quisiera transmitir a todas esas
maestras, en las que me incluyo, que ellos no nos juzgaran si aún no hemos pegado
los murales, si no tenemos ese CD grabado con villancicos o si nuestra clase no
está ambientada cumpliendo nuestras necesidades. A ellos les basta con nuestra
presencia, observación y dedicación plena, de manera individual o en grupo para
crecer felices. Al fin y al cabo ¿Qué es lo que una buena maestra, padre o
madre persigue diariamente?
Si estamos de acuerdo en que nuestro principal
objetivo es acompañarles en su crecimiento, desarrollo y evolución no debemos
olvidar nunca que para ello debe ponernos a su altura, a la altura de sus
necesidades Y olvidar las nuestras.
Con esto no pretendo tirar por tierra todo lo que
hacemos, es decir, ese gran muñeco en la puerta, la ambientación de los
pasillos o el bonito mural del otoño que preparamos pensando en ellos, sino
recordar que lo prioritario es el abrazo, la sonrisa, la empatía que sentimos
hacia ellos. Principalmente porque ellos lo van a valorar mucho más y sobretodo
LO VAN A NECESITAR MAS AMENUDO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario